Asumamos
lo que no queremos: tenemos un movimiento estudiantil agotado.
¿Comó
es que llegamos a esta situación teniendo tan buen aspecto el año
pasado?
Si
bien durante el 2011 no se consiguieron las demandas que enarbolaban
tanto los secundarios como los universitarios, hubo un afan de
continuar en la lucha por ellas, de que no nos ibamos a ir para la
casa sin haber conseguido algun triunfo que mostrar a las nuevas
generaciones, algo que permitiera decirle a ellos “miren, si siguen
esta via lograran cambiar este pais”.
Durante
el año pasado teniamos un movimiento estudiantil con una alta
eficiencia en comunicación, con la gran masividad y convocatoria,
que conjuba a su vez la cautividad de la prensa y de los ciudadanos
con la candidez revolucionaria de Camila Vallejo, el liderazgo
intelectual de Giorgio Jackson y el manejo político de Camilo
Ballesteros.
Comunicacionalmente
el movimiento del 2011 logró tomar y usar todo lo que tenía en sus
interiores para construir tres personajes publicos y politicos que
simpatizaron con millones. Lo que realmente pasaba detras de
bambalinas no importó mucho: Camila Vallejo estaba digida en sus
pasos por el Partido Comunista (en un pais eminentemente
anti-comunista), Giorgio Jackson tuvo el gran parte el tiempo a su
universidad en clases (a excepcion de la toma de Campus Oriente) y
Camilo Ballesteros negociaba cada movida en la Usach con Zolezzi (por
algo pasan a segunda vuelta los troskos). Pero nada importó la
verdad, pues todo era impecable ante las camaras: el gobierno estaba
de rodillas y no podia hacer nada para contener, y la gente nos
estaba apoyando cada dia más.
Gracias
a esto se generaron importantes cambios en la sociedad, donde se
tomaron en cuenta por fin temas tales como la calidad de la
educacion, el lucro en los establecimientos, la minucipalizacion de
al educacion secundaria, el aporte del Estado a sus universidades,
etc. Contenidos simples, que eran comprensibles para la “señora
Juanita”, que apuntaban a una necesidad de cambio. Todo esto,
paradojicamente, marcado por una estrategia que no se entendia en los
pasillos de la Confech. Petitorios y exigencias a Piñera que
cambiaban semalmente luego de cada sesion de la Confederacion,
reflejando indirectamente la falta de acuerdo.
Así
llegó fin de año y con ello los cambios de mando en las
Federaciones, con nuevos líderes estudiantiles. El gobierno, por su
parte, logró levantar de a poquito durante el verano el discurso de
“dejemos que las instituciones funcionen”, sumando a un experto
en Educacion como Beyer a sus filas.
Aparecieron
los que prometían ser los próximos lideres, Gabriel Boric, Noam
Titelman, Eloísa González y Sebastián Donoso, todos hablando de
nuevas propuestas y formas de movilizacion, junto con darle un
impulso al movimiento, uniendose a otras protestas en el pais y
estableciendo articulacion con otros actores sociales.
Hoy
por hoy que tenemos. Tenemos a la FEUC y a la FECH perdiendo su
oportunidad, siendo abandonadas por la prensa y por los ciudadanos.
Ni hablar de la FEUSACH, que brilla por su ausencia. En este momento
la característica esencial del “nuevo movimiento estudiantil”
limpio de partidos politicos y de la clase politica es que cada uno
en se mueve en su propio discurso. Queda de manifiesto en la ultima
marcha del 8 de agosto: meiuntras Boric hablaba de montajes, Titelman
lo desmentia, mientras Donoso estaba en su casa y Eloisa Gonzalez
llamaba a tomarse los colegios. Perdimos a los dirigentes que
pensaban en el colectivo, o al menos en interes superiores, dando
paso a la defensa de formas e intereses propios, y en conjunto,
sonando peor que una banda de payasos.
Punto
aparte para el presidente de la Fech, Gabriel Boric, que ha sido un
rostro frecuente en la prensa. Realizó un conjunto de críticas
contra Bachelet que quedaron en nada, declaró que el gobierno era el
“adversario” del movimiento estudiantil, dijo que creerle a
Piñera o Bachelet “sería atentar contra nuestra inteligencia”,
se paseó por programas de televisión precisando y reafirmando
dichos, lo vimos en el Costanera Center llamando a una marcha, y
llegó hasta las oficinas de Anglo American para pedir la
renacionalizacion del cobre.
Como
vocero de la Confech, Boric ha mantenido en todo momento una doble
agenda; por un lado refleja la división e incapacidad de tomar
definiciones del dentro de la Confech, y en contraposición, una
agenda propia y escapadas de libreto variadas.
El
movimiento estudiantil en términos de contenido no tuvo nada que
aportar el primer semestre. No funcionó sumar a los estudiantes de
universidades fuera de la Confech, y las distintas organizaciones que
componen dicho organismo estaban dedicadas a sus diferencias y peleas
doctrinales sobre quien es más “amarillo” y quien es más
“rojo”, y la creación de extensos documentos donde se plasmaban
visiones ideológicas particulares, apoyando las más variadas causas
y acciones sociales.
Hace
poco más de un mes supimos –algunos- de la reformulación
de exigencias del movimiento estudiantil, y sin más
consideraciones, Gabriel Boric reclama que nadie escucha a los
estudiantes. Y Boric tiene razón, ya nadie escucha a los
estudiantes. Pero para buscar culpables no hay que ir muy lejos, pues
se debe a dos factores.
El
primero. La estrategia del gobierno funcionó; se desconectaron de la
presión del movimiento estudiantil y enviaron proyectos de ley que
solucionan aspectos problemáticos de la educación. Y la poblacion
asi lo siente, quedando manifestado en las encuentas sucesivas, en la
aprobación del ministro Beyer, y en el avance de los proyectos de
ley. Así Ejecutivo y Congreso se lograron mostrar como los únicos
que hablaron con seriedad del tema educacional, siendo el centro de
la discusión. Y frente a eso, no se han hecho esfuerzos por lograr
puentes con la oposicion parlamentaria. Se tiene una actitud
reaccionaria, infantil y critica por parte de dirigentes como Boric,
que poco ayuda a volver a la senda del año pasado cuando la
Concertacion estaba tirada en el piso siguiendo lo que decia el
movimiento estudiandil.
El
segundo. Boric & Compañía consolidaron su abandono a la
estrategia comunicacional que hizo exitoso al movimiento estudiantil,
y a partir de la cual lograron poner temas de grueso calibre sobre la
mesa. Los actuales dirigentes estudiantiles aprovecharon la atención
ciudadana para hacer comentarios políticos personales, apoyar causas
ideológicas que la mayoría de los chilenos no apoya, y hacer
llamados a marchas donde no había un fin claro, repitiendo
incansablemente conceptos y consignas que se terminaron por agotar.
Los
estudiantes resultaron ser los verdugos de su propia causa. Como
señale a principios de año, abarcamos mucho y apretamos poco. El
contexto hizo que sus dirigentes se fueran en sus propias voladas, y
ahora cuando aterrizan en la realidad, ya no tienen piso.
Sin
estrategia, manteniendo los vicios comunicacionales del primer
semestre, con una actitud muy erratica por parte de los lideres y con
proyectos de ley en tramitación en el Congreso, los dirigentes
estudiantiles exigen ser escuchados. Pero su solicitud está basada
en algo que significa retroceso; piden al gobierno que se retiren los
proyectos de ley actualmente en tramitación y se dialogue otra vez,
un nuevo petitorio. Todo lo anterior, hasta que las Federaciones de
Estudiantes tengan nuevas elecciones, lleguen nuevos dirigentes, y
nuevos petitorios.