Para este trabajo trataremos la problemática sobre la ruptura que se produjo en los años 80'
con la crisis del industrialismo, junto con la caída del paradigma
cognitivo tradicional y la nueva ruptura que vivimos en 2007-2008 a nivel global;
todo esto en relación al Chile que vivimos. Estas lineas las sumergirnos en como la
Historia Social surge como ciencia dentro de un mundo en quiebre.
Para
poder desarrollar este trabajo me enfocare en los quiebres que
produjo la crisis del industrialismo durante la década de 1980, el
porqué y el qué produjo esta crisis en el mundo. Con respecto a la
caída del paradigma cognitivo tradicional, hare esfuerzos para
concentrar la investigación en el surgimiento de la Historia Social
como Ciencia Popular en contraste pero como consecuencia de la
crisis. Finalmente, tratare la nueva ruptura que vivimos en los
ultimos años con la crisis subprime y sus consecuencias en la
estructuracion del mundo contemporaneo, junto con los efectos para el
Chile actual y el ejercicio del Poder Constituyente.
Para
poder enmarcar a Chile dentro del mundo y como parte de una comunidad
internacional de países de la cual es parte, es necesario considerar
que los hechos que ocurran dentro de esa comunidad de naciones
afectan de una u otra manera a Chile en sus movimientos sociales
internos. A lo largo de nuestra historia ha existido una tension
entre dos visiones sobre nuestra posiscion en el mundo: en una de
ellas somos una isla aislada, protegida del mundo por nuestras
fronteras naturales y lejania geografica (“el ultimo rincon del
mundo”); mientras que en la otra somos un pequeño pais abierto al
mercado global y sometido a los vaivenes politicos y economicos del
globo. Ciertamente, no somos una isla aislada como se creyo durante
muchos años, sino que debemos contextualizarnos dentro de la
Historia Mundial, en especial con respecto a la crisis del
capitalismo industrial y la caída del Estado de Bienestar y sus
efectos en las corrientes internas del país.
Como
habiamos dicho, hay que reconocer dos grandes rupturas históricas se
dan en nuestra época reciente, quiebres
económicos-sociales-políticos en la sociedad, que se dan en un muy
corto espacio de tiempo:
- La Primera crisis fue la que se desencadenó en los años 80', donde hubo una depresión económica muy fuerte en el año 82'. La principal consecuencia de esta crisis es el fin de un modo de capitalismo, y de una forma constitutiva del Estado, desapareciendo el Estado Benefactor y el desarrollo industrial.
- Y la Segunda crisis es la que se esta produciendo en la actualidad, que se esta dando desde 2008 con la crisis subprime, con lo que seria la caída del capitalismo financiero que supero al industrial en la depresión anterior, y del cual todavía tenemos inciertos los efectos que podría producir.
Analizaremos
en primer lugar la crisis de los 80'. Esta es una crisis que comienza
desde mediados de los años 60' y que tiene su peak durante la decada
de los 80' con las administraciones de Reagan y Thatcher en EEUU e
Inglaterra, respectivamente. Según los analistas y economistas, esta
crisis se venia anunciando desde que se pusieron en mesa que las
políticas de expansión que venía empleando el capitalismo eran
cada vez menos eficaces y estaban llevando a un callejón sin salida.
La oscilación entre el “relanzamiento” que provocaba inflación
y el frenazo que ocasionaba la recesión conducía hacia estanflación
(recesión e inflación a la vez), mostrando con gravedad la
situación del capitalismo global ante esta situacion y las nulas
respuestas que podian dar las corrientes keynesianas a esta nueva
crisis, siendo que en la anterior (la gran depresion del 29') habian
sido tan eficacez.
Los
años 80' empiezan con una recesión abierta que se prolonga hasta
1982 y que en una serie de aspectos importantes es mucho peor que la
anterior de 1974-75. Hay un estancamiento de la producción, aumento
espectacular del desempleo, de la producción industrial, y por primera
vez desde 1945, el comercio mundial cae durante 2 años
consecutivos1.
Se producen cierres de empresas y despidos masivos a un nivel jamás
visto desde la depresión de 1929. Comienza a desarrollarse una
tendencia que va a continuar creciendo desde entonces:
la
desertificación industrial y agrícola.
Por
un lado, regiones enteras de tradición industrial burguesa ven el
cierre sistemático de fábricas y asentamientos mineros, y el desempleo se
dispara hasta índices del 30% en muchos paises desarrollados. Ocurre así en zonas como Manchester,
Liverpool o Newcastle en Gran Bretaña; Charleroi en Bélgica; Lorena
en Francia, Detroit en Estados Unidos. Por otra parte, la
sobreproducción agrícola es tal que en numerosos países los
gobiernos o bien subvencionan el abandono de vastas extensiones o
bien recortan bruscamente las ayudas a explotaciones agropecuarias,
lo que causa la ruina en cascada de campesinos y el desempleo de los
trabajadores del campo.
Sin
embargo, desde 1983 se produce una reactivación de la economía que
en un primer momento quedará limitada a Estados Unidos y a partir de
1984-85 alcanzará a Europa y Japón. Este relanzamiento se consigue
básicamente mediante el endeudamiento colosal de Estados Unidos que
hace subir la producción y progresivamente permite que las economías
de Japón y Europa Occidental se incorporen al carro del crecimiento.
Esta
estrategia economica se conococio como “Reaganomics”, que en su
momento fue presentada como la gran solución a las crisis del
capitalismo. Esta solución se ofrecía como una vuelta a la
esencia del capitalismo. Frente a los excesos de intervención
estatal que caracterizaba la política económica de los Estados
durante los años 70' (el keynesianismo), y que era tildado de
socialista, los nuevos teóricos de la economía se presentaban como
neoliberales, proclamando como receta menos Estado y más libre
mercado.
En
realidad, los Reaganomics solucionaron gran cosa (a partir de 1985,
como luego veremos, hubo que pagar la factura del endeudamiento de
Estados Unidos y hoy lo sufre con creces), ni suponía una retirada
del Estado. Lo que hizo el gobierno Reagan fue descontar impuestos a
los más ricos, manteniendo el nivel de gasto publico, mediante el
recurso clásico del endeudamiento estatal; o sea, se cortaban
ingresos permanentes pero se mantenian gastos permanentes. La famosa
locomotora no se alimentaba del combustible sano constituido por una
expansión real del mercado sino a través de la energía adulterada
del endeudamiento generalizado. Como podemos ver, el germen de la
crisis actual de los Estados esta en la crisis anterior de los 80'.
Como
registramos, la principal consecuencia de esta crisis es el fin de un
modo de capitalismo que había caracterizado al mundo: el desarrollo
industrial de la mano de los burgueses y de los proletarios, del
fordismo y la producción en masa en las grandes fabricas. Esto trajo
como consecuencia la sustitución del anterior modelo económico por
uno nuevo: el capitalismo financiero.
Junto
con esta crisis también se da una nueva forma constitutiva del Estado, ya
que con la caída del capitalismo industrial va desapareciendo el
Estado Benefactor, el Welfare
State. Este
concepto designaba a la
propuesta política o modelo general de Estado y de la organización
social, donde el Estado provee ciertos servicios o garantías
sociales a la totalidad de los habitantes de un país gracias a las
altas tasas de impuestos que tienen sus mismos habitantes, surgido
luego de la desgarradora experiencia post II Guerra Mundial y del New
Deal en EEUU. Con la llegada del capitalismo financiero y de la
ideología neoliberal, se piensa en un Estado más pequeño, donde los
impuestos sean mínimos y donde las garantías sociales y los servicios
públicos sean proveidos por agentes del mercado.
Estos
procesos y cambios también los vivimos en Chile. No podemos creer que
estamos alejados de las tendencias mundiales. De hecho, en nuestro
país se probaron muchas de estas políticas publicas que tendían a la
institucionalizacion del capitalismo financiero y del neoliberalismo
como forma de ver el mundo. Nosotros lo incorporamos por la vía de la
fuerza y de la autoridad ya que no había democracia en esos
momentos2,
donde bajo la dictadura de Pinochet se impusieron en duros términos
estos principios no consultados al pueblo, en los mismos momentos de
la dura crisis económica del 82'.
Además
de la caída del capitalismo industrial en la primera crisis, también
hay un quiebre en los paradigmas cognitivos del aprendizaje. Cae el
proletariado industrial como lo conocíamos, conjuntamente con el
derrumbe de las industrias; cae un modo de hacer ciudad típico de
EEUU e Inglaterra que se caracterizaban por tener un potente barrio
industrial y otro populoso barrio proletario (como es Detroit,
Newcastle o Liverpool); y eclipsa la lucha de clases y la
movilización de masas como se conocía en los años 60' (que en
Chile podemos ejemplificar con las grandes masas que apoyaban a Frei
Montalva, Allende o Alessandri Rodríguez).
Lo
que sucede en los años 80' en resumidas cuentas es la Revolución
Cibernética, o computacional. Se transforma el capitalismo,
apareciendo la hegemonía del capital financiero. Desaparece el
capital fundado en la fabrica, maquina y el obrero, y surge el
financiero, que utiliza la especulación para dominar el mundo. El
capital financiero produce en los 80´ la post-industrialización: el
desmonte de las industrias. Aparecen con esta revolución todas las
instituciones financieras globales (FMI, Banco Mundial, OMC, etc.).
Aparece el capital financiero cruzado con la informática, y no se
ve. Circula, pero no se siente. Enormes movilizaciones de capital no
se ven, simplemente apretando la tecla “Enter” y ya. El
capitalismo, por eso mismo, tiende a inmaterializarse, a desaparecer
del ojo. Es intangible. No requiere del material portentoso de la
industria, con enormes masas de trabajadores, y maquinas gigantescas.
No se trabaja con esa masa proletaria, aun más ¡ni siquiera tiene
dueños este capital financiero! No es una burguesía como la de
antaño la dueña del capital, sino todos nosotros, y la vez, nadie.
Si hay que luchar contra el capital, no sabemos contra quien. Es más
importante la administración del capital que la propiedad del
capital.
Por
lo tanto, este capital financiero es muy distinto al capital del
mercader, o al capital del industrial de épocas pasadas. Por eso,
son los mall
los centros de la ciudad, ya no las industrias, ya no los palacios.
Esto causa el desperfilamiento de las clases: no hay proletarios, no
hay burgueses. Solo es la “gente”, una masa de consumidores. El
capital financiero transita sin barreras por el mundo
(globalización), por lo tanto, los Estados pierden su carácter
nacionalista.
Gracias
al desarme de la primera crisis, nuestra generación (y volviendo a
Chile), la de los llamados “hijos de la Democracia”, que incluye
a los jóvenes que ahora son adultos y que votaron para el Plebiscito
del 88', no tiene herramientas ni instrumentos para generar sentidos
y proyecciones de largo plazo como en la época de las grandes masas
movilizadas. Como diría Jürgen Habermas, el problema de nuestra
generación es que lo que se llama sentido (de historia, vida,
política, religiosa, moral, filosófica, etc.) es escaso. No
habiendo sentido, o siendo muy escaso, no puede haber una cosa como
el futuro, por lo tanto solo existe el presente. Y estamos
encerrados, solo vagando en el presente.
El
capitalismo productivo industrial típico del s XIX cae con esta
crisis y es aplastado por el capitalismo financiero, que se impone
como nueva modo de capitalismo.
Las
personas, gracias a este quiebre del capitalismo y del Welfare
State,
se toman a si mismas no como constructores de su mismo Estado, por lo
tanto se toma a las leyes o el Estado como una entelequia abstracta y
lejana, no como algo cercano, propio, y que le pertenece a todos.
Aquí entran en crisis ciertos conceptos porque se ven como lejanos e
imposibles de aplicar, a pesar de estar grabados en la memoria
colectiva y popular. Si el Estado no es mio, ¿como podría hacer yo
para atraparlo? ¿Como podría hacerlo si nadie me ha enseñado como
construir Estado? (siendo que es el derecho humano más básico y
esencial para la vida del hombre). Las concepciones revolucionarias
del Poder Constituyente, del ejercicio popular de la soberanía, de la
construcción del Estado por su propio pueblo van perdiendo fuerza por
la desmotivación; donde para que luchar si siempre han ganado los
mismos de siempre, si la historia demuestra que no vale la pena
sacrificar sangre y sudor.
Mirando
al Estado de Chile, como ejemplo, por dentro podemos ver esto
expresado claramente y sin ninguna duda. Como ciudadanos chilenos,
nunca hemos construido Estado. En ninguna de las tres veces que ha
habido un proceso de construcción de Estado ha tenido participación
la ciudadanía, no se la ha convocado, sino que ese trabajo se ha
hecho por grupos pequeños de abogados que se encierran y coaptan al
Estado. Por lo tanto, no sabemos como ciudadanía construir Estado
porque nunca lo hemos hecho.
En
el pasado los centros pensantes de las ciencias sociales estaban
radicados en la Universidad, de manera pública y fomentada por el
Estado. Hoy, luego de los quiebres sucesivos, son los tanques
pensantes o think
thanks,
los que producen conocimientos científicos contra demanda, por
clientes, vendiendo sus conclusiones como productos en el mercado. Es
ciencia privada producida para privados, ahí hay un paradigma de
pensamiento distinto de la antigua universidad y que surge desde el
despotenciamiento de los Estados Benefactores por el quiebre del
capitalismo industrial en los 80'. Ese conocimiento es del privado,
no es divulgado, no llega a las bibliotecas, no es público, aun
cuando es conocimiento estratégico. Esto mismo es un factor de
aparecimiento de la Historia Social en Chile.
Es
por ese cataclismo que remeció el mundo donde las ciencias sociales
se movieron y no logran todavía no poder encontrar tierra firme
donde asentarse (ejemplificado en los casos de la sociología y la
economía política).
Producto
de todo esto es que surge la Historia Social en Chile, como parte del
quiebre del paradigma cognitivo tradicional, de las no ocurre ni
surge porque sí y ante si. Por eso es importante el quiebre las
formas de pensamiento que produjo la caída del capitalismo
industrial y la debacle del Estado Benefactor. Es ahí donde surge la
Historia Social: es hija del quiebre de los 80' y de sus efectos
sobre los sujetos.
El
quiebre nos dejo solos, porque hicieron abandonar al Estado de la
actividad social, retiran al Estado a un lugar pasivo donde la
libertad negativa imperaba: con el quiebre se hirió gravemente al
Estado Benefactor. Por eso el retorno del sujeto social como un actor
social. Ahora ya no piensan las personas individuales como una “masa”
sin razón y uniforme, que responde emocionalmente a estímulos de
los grandes líderes: ahora surge el actor social en plenitud.
Ejemplo de esto son los grupos juveniles de autogestión, que poseen
el discurso de que “hacemos X por nuestra cuenta”, con recursos
obtenidos por ellos de manera autónoma al Estado.
Esto
es el eclipse de la masa y del movimiento de masas; y el surgimiento
del sujeto social.
Entonces,
la Historia Social surge dentro de este contexto como la necesidad de
ayudar y contribuir a que los sujetos sociales recuerden mejor,
sistematicen, contribuyan al recuerdo a través del auto-conocimiento
en grupos o individualmente, fomentando al ciudadano de verdad,
construyendo soberanía ciudadana en serio, ayudando y apuntalando al
ejercicio del poder constituyente popular y a la construccion del
Estado
Parte
del quiebre de paradigma es que los mismos sujetos populares van
reconstruyendo la memoria colectiva y regenerando el tejido social
rotó por la dictadura (otro gran quiebre que se suma al mundial),
construyendo identidad en las personas. Así genera otro tipo de
verdad, donde yo vivo la realidad, la verdad dinámica que conozco,
distinta de la realidad estática que los demás construyen. Esto,
través del la década de los 80’, se ve en los cacerolazos, las
concentraciones, las cooperativas de vivienda, los grupos de
resistencia a los militares, etc.
La
violenta sacudida producida por el golpe de Estado del 1973 lesiono
todas las capas de los paradigmas existentes hasta ese año,
descalabrando la identidad cultural y emocional de las generaciones
de esa época, especialmente de los intelectuales. Luego del golpe,
ellos fueron llevados devuelta a la vida cotidiana y al espacio
privado, y tuvieron que refugiarse en la supervivencia inmediata y en
el dolor de la memoria de lo ocurrido, la mayoría de las personas de
esta generación y en particular los intelectuales desplazados
comenzaron a buscarse unos a otros, a intercambiar experiencias y a
iniciar, desde aproximadamente 1978, un movimiento de recordar
colectivamente desde su experiencia particular3.
Como
dice el Prof. Salazar, poniendo las bases para la nueva Hstoria Popular, “Los nuevos marxismos coinciden en no tener una “gran
teoría” que este por sobre las búsquedas de todos. Enhorabuena.
Esto determina que la investigación colectiva y permanente de la
realidad propia y global queda a la orden del día, siempre y cuando
haya una apertura hacia el lado y hacia abajo; esto es: que todos
(incluyendo el propio pueblo) seamos investigadores y, a la vez,
actores y sujetos de la historia. Para nosotros, tal vez, tiene más
sentido empaparnos de nuestra propia realidad y nuestra propia
identidad, que leer y releer a 1os autores clásicos, y acumular
fuerza social, cultural e histórica más bien que tratar de
identificarnos con vagas totalidades o estructuras objetivas.”4
Lo
que plantea la Historia Social es la Historia del sujeto popular,
mirando al presente y buscando mirar hacia el futuro con los sujetos
y su memoria, partiendo de la acción actual.
La
importancia relativa de la labor de la Historia Social para la
sociedad es que ella propende a un proceso de fortalecimiento de la
identidad y la memoria del movimiento popular, con metodologías y
técnicas que no son ocupadas por la Historiografía tradicional y
que pueden darnos nuevas visiones de la Historia, del conocer la
Historia de los vencidos, como vivían ellos desde una lógica del
presente de los sujetos histórico. Esto a través de lo que el Prof.
Salazar llama la “Ciencia popular”5,
cuya practica significaría el afianzamiento de la memoria e
identidad del pueblo, el desarrollo del conocimiento historiográfico
y la construcción histórica de la realidad social, basado en la
idea de que los sujetos populares “si están dotados de
historicidad propia. Esto significa la construcción de una identidad
y de una memoria popular, claves para el impulso de un proyecto de
ciudadanía popular.
Esa
es la importancia de la Historia Social, donde construyendo “desde
abajo; pero no desde la marginalidad, porque el ciudadano, en una
sociedad, no es ni puede ser periférico a nada que ocurra en ella.
Pues tiene el máximo: la soberanía; que es el máximo derecho
humano. Tomando la “mirada del ciudadano constituye el único
estrato desde donde los hechos y procesos históricos no sólo se
pueden “investigar” en su condición de verdad (tarea de los
historiadores), sino también, legítimamente, juzgar y utilizar. (…)
Esta historia está escrita por historiadores, pero intenta, por lo
dicho, situarse en la perspectiva reflexiva y procesal de los
ciudadanos chilenos”6
Lo
fundamental es entender que la Historia Social es así porque es
personal, es la historia del pueblo, de cada grupo, de todos. La
historia de los vencidos también es historia, ellos también tienen
algo que contar sobre su derrota. La Historia Social esta con el
sujeto real de carne y hueso, desde dentro de aquel mismo, coapta la
emocionalidad y la razón de los sujetos. En la Historia debemos
entender que ella no revisa objetos inertes, sino agentes vivos, es
un dialogo, no tiene porque ser frío y neutral.
Además,
el tiempo de la Historia Social es siempre el presente, tanto el de
uno, como los de los que vivieron en el s. XIX. Se integran dentro
del sujeto histórico, no desde una perspectiva lejana. No es que el
hecho quede petrificado y muerto, sino que lo reemplaza por la acción
político-social, de manera dinámica. En tanto Historicidad, es
“siendo”: un sentido presente pero en versión universalizada. No
es “es”, ni “sido”, es movimiento dinámico. La Historicidad
pasa a ser longitudinal, que se mueve en el tiempo. La verdad, por
tanto, es el movimiento que inspira esa acción, que la hace posible.
Finalmente,
tratare la nueva ruptura que vivimos en los últimos años con la
crisis subprime y sus consecuencias en la estructuracion del mundo
contemporáneo. La crisis subprime y su larga depresión se da como
una crisis financiera que se extiende por los mercados financieros,
principalmente, a partir de 2007, si bien su origen se remonta a los
años precedentes. La crisis hipotecaria se ha saldado con numerosas
quiebras financieras, nacionalizaciones bancarias, constantes
intervenciones de los Bancos centrales de las principales economías
desarrolladas, profundos descensos en las cotizaciones bursátiles y
un deterioro de la economía global real, que ha supuesto la entrada
en recesión de algunas de las economías más industrializadas. Por
lo que sabemos, la crisis se da por la enorme desregulación y
facilidad para entregar crédito a personas que no lo necesitaban o en
realidad no podían pagarlos. Pura ambición capitalista que detona
algo que estaba listo para volar en mil pedazos: el Estado neoliberal
y el capitalismo financiero. Ambas instituciones son insostenibles
por cuanto creen que en la deuda se puede encontrar la solución a los
problemas.
El
germen de la crisis actual esta en la crisis anterior de los años
80'. El gran problema de hoy es quien salva a los Estados que están
endeudados por sobre los limites racionales. Crisis anteriores se
caracterizaban porque el Estado era el que tiraba el salvavidas al
mercado (como en la crisis del 29') con medidas contraciclicas o con
reemplazo de la inversión privada retirada con fuerte inversión
publica en obras concretas. Hoy el gran conflicto es quien salva a
los Estados de sus super deudas acumuladas desde la crisis anterior.
Grecia, EEUU, Gran Bretaña, Irlanda, Islandia, Francia, Italia,
España, Portugal ya han tenido que restructurar sus deudas de manera
de poder ver como pagarlas.
Como
sabemos, la solución que dieron los “Reaganconomic” en los años
80' a la estanflacion fue emitir deuda publica, recortando impuestos
pero manteniendo grandes niveles de gasto publico. Como es lógico,
este gasto se financiaba con deuda emitida a través de bonos
soberanos o por empréstitos internacionales. Como vemos, es muy
probable que junto con la caída del Estado neoliberal caída el
capitalismo financiero salvaje. Pero la gran pregunta es hacia donde
nos movemos, cual sera el futuro, con que tipos de estructuras nos
enfrentaremos. La Segunda crisis que se esta produciendo en la
actualidad todavía tiene altos niveles de incertidumbre sobre los
efectos que podría llegar a producir en los mercados internacionales
y en los Estados nacionales. Las consecuencias de esta ultima todavía
están por verse, pero dado a las intuiciones y por lo que nos ha
enseñado la Historia, deberíamos tener cambios revolucionarios en
cuanto a los paradigmas que nos dominan como sociedad, donde tal vez
resurja la industrializacion o se impulse nuevamente el mundo del
agro.
A
mi parecer, la Revolución Cibernética y el mundo de las finanzas
transparentes y transnacionales esta para quedarse (en cuanto hacen
la vida más simple dentro de una sociedad compleja, como diría
Luhmann), pero veremos cuanto de ello queda luego de este derrumbe. A
menos que los Estados se sacrifiquen totalmente frente a los bancos
de inversiones o de crédito, algún cambio deberá haber en la relación
Estado-Capital, ya que bajo las actuales lógicas no se sostiene más
el Estado como ente monopolizador de la fuerza por cuanto no puede
seguir viviendo con exanimes ingresos pero gastando grandes números.
Naturalmente que esto no convendria a las grandes empresas que
necesitan de su protección policial y de la seguridad de la ley para
poder seguir creciendo y consumiendo.
Es
importante e interesante ver como esto podría influir en Chile. El
ultimo gran cambio mundial fue altamente notorio en nuestro país, en
cuanto acá se (a)probaron varias de las ideas de Milton Friedman con
respecto al Estado y al Capital. La importancia de saber para donde
podrían dirigirse los cambios es fundamental en una sociedad tan
eferveciente y movilizada como se ve para los próximo años como la
chilena. En un periodo de turbulencias sociales, que en buenahora se
vinieron a dar, la sumatoria de una gran crisis mundial llamaría
inmediatamente a la revolucion, en cuanto a las condiciones facticas
de crisis económica en conjunto con una crisis política de
descontento arman un cuadro de tormenta perfecta para el Estado de
Chile. Chile y su pueblo pide cambios al salvajismo neoliberal, de
manera creciente y más violenta. Mientras más se demore el Estado
en responder, más pronto se encontrara tal vez con su propia muerte,
ya que la sociedad esta arrinconando y bajando las probabilidades de
que la Constitución de Pinochet viva luego del fin de esta década. Al
parecer, este ambiente de crisis mundial alimenta las fuerzas para un
cambio constitucional en Chile, donde las personas y las
colectividades vayan tomando y aprehendiendo el poder popular
constituyente que por naturaleza les pertenece, donde el ejercicio de
la soberanía popular se extienda a través del auto-aprendisaje y de
la auto-educación, donde por fin podamos aprender a construir Estado
y se conciba una Constitución de todos y para todos, por primera vez
en la Historia (luego de la felonia de 1828), donde impere la paz y
la justicia social.
Es
esencial para poder hablar del proceso de construcción del Estado en
Chile y el ejercicio del poder constituyente popular comprender que
históricamente fue la elite
(en sus diferentes variantes semánticas, de las cuales yo elegiré
la de clase hegemonica) la que construyo esos Estados, apropiandose
del poder constituyente, promulgando el Derecho constitucional y
dicto las leyes del país7.
Es esencial comprenderlo para no volver a caer en la misma trampa,
tal como los actuales dirigentes universitarios tratan de no volver a
caer en la misma trampa que los pingüinos de 2006. es interesante ver
como en ese proceso de aprendizaje empírico, basado en el
ensayo-error, puede llevar a tener posiciones más maduras y
concretas con respecto al Ejecutivo. Si tal se desarrollara a nivel
constitucional en el ejercicio del Poder Constituyente por el pueblo,
tendríamos que la marejada sobre el Estado seria insostenible y
terminaría por arrasar todo para conseguir “algo”, como diría el
Prof Jocelyn Holt8.
Hay
que entender también que la Historia socio-política de Chile muestra
que los movimientos ciudadanos, cuando han procurado ejercer la
soberanía y el poder constituyente, han sido reprimidos por las
clases políticas militares y civiles, bajo la burda acusacion de
“anarquismo” o “rompimiento del orden publico”. Asi lo
demuestran los hechos historicos: ocurrio asi con el movimiento
ciudadano que derribo la dictadura de O´higgins, que despues redacto
la Constitución Liberal de 1828 y que fue aplastado por el golpe de
Estado de Diego Portales y el gral. Prieto, limpiando el espacio para
poder reformar la Carta Magna, dandole un enfoque conservador y
autoritario. Sucedió lo mismo con el movimiento encabezado por los
trabajadores agrupados en la FOCH, los estudiantes unidos en la FECH
y los profesores (en realidad, profesoras) juntos en la AGPCH, que en
1925 convoco a Asamblea Constituyente para terminar con el agonico
Estado Portaliano, siendo traicionados por los caudillos Alessandri
Palma e Ibañez del Campo, quienes terminaron imponiendo una
Constitucion que fue todo lo contrario de lo que proponian estas
organizaciones (tanto en el fondo como en la forma)9.
Por lo tanto, dentro
del contexto de actuales transformaciones economicas, politicas y
sociales que se llevan a cabo en el mundo por el proceso de crisis
que viene desde 2008, donde no se sabe aun que cambio en el paradigma
cognocitivo podrian generarse, donde no se sabe que Estado ni
Capitalismo podria resultar, las posibilidades de que con esta
recesion se desarrolle un proceso de cambio revolucionario de la
Carta Magna en Chile es bastante alto, ya que en conjunto con las
movilizaciones sociales por un pais más justo e igualitario, harian
de las protestas algo inabarcable en cuanto a masividad, donde el
proceso histórico se asemejaria a los sucedido en la decada del 20'
con los estudiantes, profesores y trabajadores.
1Editorial.
Revista Internacional. “Los años 80 – Treinta años de crisis
abierta del capitalismo”.
http://es.internationalism.org/rint97-crisis
2 Klein,
Naomi. “La doctrina del shock”. Random House. Barcelona. Pag
79-109
3Salazar,
Gabriel. “Historiografía
y dictadura
en Chile. (1973-1990). Búsqueda, identidad, dispersión“.Cuadernos
hispanoamericanos. Barcelona. pág. 100.
4
Salazar,
Gabriel. “La Historia desde abajo desde dentro”. Universidad
de Chile, Facultad de Artes.
Santiago. 2003.
Págs. 52-53
5
Salazar,
Gabriel. “La Historia como Ciencia Popular: Despertando a los
“Weupifes”. En Revista Austral de Ciencias Sociales. Valdivia.
2006. Págs. 143-168,
6
Salazar,
Gabriel, y Pinto, Julio. “Historia contemporánea de Chile”,
tomo I. Editorial LOM, Santiago, 2000. Pág. 7
7
Salazar; Gabriel. “La historia reversa de la legitimidad” .
En Revista Proposiciones nº 24, SUR editores , 1994.
8Jocelyn
Holt, Alfredo. “El Poder Constituyente, un concpeto enredoso”.
Exposicion en Congreso de Teoria Constitucional 2006. Santiago.
9
Salazar, Gabriel. “El poder constituyente de asalariados e
intelectuales (Chile, siglos XX y XXI)”. Ediciones
LOM. Santiago.
2009. Pag 25-120; Salazar, Gabriel. “Perspectivas historicas del
movimiento social-ciudadano”.
Columna en The Clinic. Julio 2011;
Salazar, Gabriel. “En el Nombre del Poder Popular Constituyente”.
Ediciones
LOM. Santiago, 2011. Pag 27-72
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