lunes, 6 de febrero de 2012

Movimiento estudiantil 2012. Criticas y aportes.

Como hemos sido testigos, el movimiento estudiantil que con tanta algarabía, creatividad y masividad se desarrolló durante el año pasado, se ha estructurado para seguir peleando a lo largo de los Gobiernos para tener algún día el sueño de Educación publica, gratuita y de calidad.

Tenemos, sin embargo, que tener en mente porqué el movimiento durante el 2011 fracaso en la consecución de sus objetivos. Y aquí no hablemos en términos de quien es más revolucionario o más amarillo. Esto se tiene que analizar con ojos pragmáticos y estratégicos.
Durante el 2011 no se consiguió absolutamente nada de nuestro gordo petitorio. Ni un solo punto se pudo obtener. Ni un solo punto fue aceptado por el Gobierno. ¿A que se puede deber esto? Se supone que teníamos a la ciudadanía de nuestro lado, a los rectores, a los profesores, a los secundarios, a nuestros padres y apoderados, a la oposición política y hasta un sector (el liberal) de la Alianza, y ni aun así pudimos concretizar nuestro petitorio.

Mi opinión es que a lo largo de las movilizaciones, la ampliación del petitorio a temas que se nos escapaban de las manos, agigantando nuestras demandas en exceso, tocando áreas que no nos pedían tocar nos afecto en demasiá. Haciendo memoria, a comienzos de abril, el petitorio de la Confech era Acceso, Financiamiento y Democracia. Un petitorio netamente gremial y sectorial, que tenia que ver con la Educación Superior, en especial la Tradicional. A fines de junio, ese petitorio estaba prácticamente conseguido, se había logrado que en el Acceso se modificaran las formas de entrada a las Universidades, incluyendo otros métodos más que la PSU, abriendo el Bachillerato, el Propedeutico, la meritocracia en los Liceos, ampliando a los alumnos BEA, etc; en Financiamiento se había logrado que se aumentara el presupuesto de las Universidades Estatales y Tradicionales, abriendo un fondo especial de recuperación, ademas de inyección de recursos a las Regionales en mal estado; y en Democracia se había conseguido derogar los decretos de dictadura que no permitían la organización estudiantil en todas las instituciones de ESUP.

Pero de un momento a otro, la Ultra metió en el petitorio Confech la renacionalización de los recursos naturales, la reforma tributaria, el no al lucro en las Universidades Privadas, apoyo a los compañeros mapuche, reformas políticas, insertándose todo esto en el ambiente discursivo (y que se queda en lo meramente discursivo y estético) contra las instituciones políticas, de falta de legitimidad de los mecanismos representativos, basureando a los partidos políticos, pidiendo hablar directamente con el Presidente (no puede haber algo más autoritario y fascista que esto... pero allá la ultra).
El hecho de querer unir a otros mundos, como el sindical, al movimiento estudiantil para que esto se convierta en una masa social contundente contra la derecha y el Gobierno, puede sonar bonito, pero nos puede llevar al fracaso. Vimos como este año la unión con la CUT fue un fracaso total, que no sumo a nadie y nos resto mucho. Tenemos que tomar contacto con otros mundos, si, totalmente, para ir formando un tejido social parecido a los años 20' y los 60', pero en la medida que se compatibilice con nuestras demandas y estas no se inflen en demasia. ¿Que podria tener que ver la Educacion gratuita con más sueldo para pescadores? No mucho, al parecer. Pero si ellos buscan una reforma laboral integral, que le de más seguridad a los trabajadores, beinvenidos. Tenemos que formar fuerza para el cambio constitucional, ya que ese es el verdadero desafrio de esta generacion, y para eso tenemos que tomar contactos con otras organizaciones.

Ademas, nunca se supo bien cual era el minuto exacto para negociar y amarrar los puntos con el Gobierno. Se mantuvo innecesariamente la tensión con Piñera (no se sabia si esto era contra Piñera o a favor del cambio en Educación), se alargo en demasiá la negociación, no se supo nunca hablar con el mundo político para lograr su apoyo. Finalmente, cuando no nos quedaban fuerzas, cuando los paros y tomas estaban bajando, y la Ley de Presupuesto presionaba, se sentó a negociar, no siendo la Confech ningún aporte a esa discusión, porque el mismo mundo político que había menospreciado tanto, tomo las riendas y trato de mejorar en algo ese despreciable Presupuesto 2012 para Educación. Conclusión:  se negocio tarde, mal y nunca. Consecuencia: ninguna ganancia.
 

Y por ahí pasa la derrota del movimiento. Desde mi forma de ver el mundo, la manera en que se consiguen los cambios en un país pasan o por una revolución, donde necesariamente debe haber violencia, o por la reforma, donde necesariamente se tiene que dialogar con las instituciones políticas. El movimiento dijo siempre que estaba contra la violencia, ergo, no le quedaba otra opción que la reforma y el dialogo. En cuanto se pone rígido y quiere solamente acepta en una negociación sus puntos y sus premisas, estamos entrando mal al juego. Primero, las negociaciones no son malas ni se tienen que mirar como una "venta" del movimiento. Se trata de obtener la mayor cantidad de beneficios para los mismos compañeros que están luchando. Si no se esta dispuesto a empuñar las armas, únete al sistema y negocia lo mejor posible. Segundo, en un país en que hay instituciones políticas, necesariamente tienes que hablar con los partidos políticos. Esto podrán ser una mierda, están desligitimados, ser bolsas de trabajo, estar corruptas por los intereses de la clase económica, pero aun así, tienes que hablar con ellos para que te den sus votos en el Congreso. Una  buena muñeca política te abre puertas. Tercero, la critica es hacia la Ultra por si preferente interés de hablar con el Presidente: ¿Acaso puede haber algo más fascista que esto? Recurrir al Reich Praesident (cof cof... Schmidt?) para que nos salve la situación y nos de la reforma es lo más vertical, autoritario y facho que he escuchado. El Congreso no sera la institución más democrática del país (tenemos al binominal), pero sigue siendo el órgano de representación del pueblo, donde se discute horizontalmente, cara a cara de forma publica. Con el Presidente no existe ni existirá eso.

Teniendo las criticas, ¿Cual seria la forma en que se debería desarrollar el movimiento este 2012?
Creo que debería conformar una lista de peticiones más corta, concreta y realista. Debemos tener alguna ganancia este año para motivar a los compañeros más jóvenes a que continúen la lucha en los siguiente años y que esta forma de movilizarse y protestar si sirve para algo y no es mera estética revolucionaria. Los cambios que se realizaron y favorecieron este año a los estudiantes son políticas de Gobierno que se iban a implementar con movimiento o sin movimiento. Este año debemos armar una agenda corta de reformas concretas que nos ayuden a decir "Cabros, logramos esto con el esfuerzo de todos".

Sin duda que este año el animo para movilizarse, hacer paros, tomas, huelgas no sera el mejor. Los que sufrimos el año pasado no vamos a tener las mismas ganas de tener 6-7-8 meses de paro. Cambiemos las formas de lucha: marchas semanales, pero que varíen día, hora, lugar, para que todos nos movilicemos y no sea una rutina típica y bucólica. Desarrollemos la creatividad que caracterizo al movimiento, haciendo nuevas actividades más enérgicas y televisivas. Mi idea es desarrollar una especie de mayo del 68': movilizaciones seguidas, recurrentes, pero durante 6 semanas. Golpear una sola vez, pero tan fuerte que la institucionalidad va a tener que sentarse a negociar.
 
Y finalmente, es necesario que sepamos decirles a nuestros lideres cuando es el momento de negociar. No podemos alagar el chicle eternamente sin sentarnos en mesas de dialogo, porque al Gobierno le da lo mismo si nos mantenemos todo el año en toma o si perdemos el año escolar o si nos cortan las becas. Tenemos que cuidar a nuestras Universidades, ya sabemos el daño económico y académico que tuvieron este año.

domingo, 5 de febrero de 2012

Reforma Laboral, Aqui y Ahora!

 

Esta semana, el Gobierno de Sebastian Piñera recibió una buena noticia en materia laboral. En 2011 la economía chilena fue capaz de crear 210.000 empleos y absorber a las 181.000 personas que entraron a la fuerza de trabajo. Así, terminaron los primeros 2 años con desempleo en 6,6%, casi tres puntos menos de lo que había cuando asumieron y la tasa más baja desde que existe la nueva encuesta del INE.

Pero ¿es esto sinónimo de un mercado laboral chileno robusto y sano? No. En absoluto. Más aún, con una transversalidad que cruza el espectro político, no debemos dejarnos enceguecernos con estos resultados y tenemos que tener en vista que los problemas laborales persistiran en el futuro, y que si hay algo que se requiere es una reforma laboral (sumada a las demas areas del pais que la necesita: educacion, salud, tributos, mineria, etc).

Tenemos claros que el 2011 dio buenos datos, pero los problemas de nuestro mercado laboral siguen latentes y creo que en la autoridad se deberia abrir un debate sobre la relevancia de un cambio de segunda generación. Chile, como sabemos, ha reaccionado bien a la crisis mundial y eso abre una oportunidad real para llevar una reforma laboral al primer lugar de la agenda oficial.Si bien se puede ver difícil defender la idea de un cambio que cruce todos los tópicos del trabajo en un contexto de bajo desempleo y más con el germen de la crisis del euro al acecho, tenemos que estar convencidos de que un mercado apretado (al margen del pleno empleo) como el actual es el escenario ideal para debatir sobre una reforma global.

Uno de los indicadores para medir el pulso laboral es el desempleo y, según éste, Chile pasa por muy buen momento. Pero este indicador es incompleto, pues no considera tres factores: tasa de empleo, tipo de empleo y su distribución. Tenemos falencias importantes en los tres aspectos.
 
Hablar de 'pleno empleo' mirando una sola variable es equivocado y envía una señal errónea a los tres millones de chilenos que estando en edad de trabajar aún no lo hacen y a los otros 7 millones que estan trabajando con respecto a la calidad de su laburo. En ese sentido, una reforma integral cobra pleno sentido.
Sobre la mesa hoy tenemos la propuesta de reforma transversal de la UAI y la mesa de negociaciones de CPC con la CUT, que acaba de entregar sus resultados. Además, tenemos el diagnóstico de la Ocde, que en su último informe volvió a insistir -como viene planteando hace años-  en la necesidad de eliminar trabas que restan competitividad y eficiencia al mercado laboral chileno. Entre ellas, citó nuevamente las indemnizaciones por años de servicio (una fracción no mayor al 7% de los trabajadores las percibe), la rigidez del salario mínimo y las normas que impiden relaciones laborales modernas.

Donde están los problemas
El 2011 fue bueno si lo miramos por encima, con los numeros. La creación de empleo subió 2,9%, la fuerza de trabajo aumentó 2,3% y el empleo formal se elevó 5%, volviendo al estado anterior a la crisis de 2008. Sin embargo, los llamados "colchones duros" de desempleo, es decir, los jóvenes, la mujeres y los trabajadores menos preparados, siguen rezagados con tasas altas. Los datos del INE alertan sobre el punto. Hoy la tasa de desempleo femenino es de 8,2%. En el grupo de jóvenes es peor: en el tramo de 20 a 24 años, el desempleo llega a 15,4%. 

Cabe entonces preguntarse si lo que pasó en 2011 es una mejora estructural de la economica chilena o sólo es meramente el resultado del rebote postcrisis. Los datos nos indican que tenemos una baja tasa de empleo en jóvenes y mujeres, que los más pobres tienen menores tasas de empleo que los más ricos, en una diferencia mayor a nuestros países vecinos incluso, y que una fracción importante de personas trabaja informalmente.
Y si bien la tasa de ocupación subió en un año hasta 55,8% (0,7 decimas más), la tasa de participación laboral, de 59,7% en el período, está entre las más bajas de los países Ocde y evidencia que hay por lo menos unos cuatro millones de chilenos que están fuera del mercado. Aún más, la tasa de participación femenina, de apenas 47,8%, persiste como la menor de Latinoamérica. 

Pero el problema continua una vez dentro del mercado laboral. Algunos economistas, como Andres Velasco (ver critica a esa mirada en este post), han planteado la tesis de que el trabajo es una de las herramientas más eficaces para disminuir la desigualdad, algo que ya se estaría notando con la mejora que ha tenido el empleo en los últimos dos años, según da cuenta un estudio que acaba de realizar la Segpres. Pero no es todo. A traves de datos de ONG's y Fundaciones, tenemos la certeza de que la calidad del trabajo asalariado no es la mejor y la proporción de empleo por cuenta propia aún es alta para el tamaño del país, lo que da cuenta de que el mercado formal no da abasto. Las relaciones laborales están lejos de los estándares internacionales.

Ante esto, tenemos la genial vision de LyD, que nos dice que en este pais "Tenemos leyes que dificultan y encarecen la creación de puestos de trabajo, como el artículo 203 de salas cuna, las indemnizaciones y la rigidez del salario mínimo. Son temas que se discuten hace años, difíciles, pero hay que abordarlos". Pero quien entiende a estos tipos...



¿Y en que esta el Ejecutivo?
Si bien no adoptó un compromiso de reforma laboral, el programa de gobierno de Sebastián Piñera sí
se pronunció respecto de la importancia de modificar la legislación y de las anomalías del mercado
chileno. El panfleto de Gobierno dice: "Nos proponemos corregir las limitaciones que dificultan las oportunidades de trabajo, especialmente de los jóvenes y las mujeres (... ). Los gobiernos de la Concertación con sus políticas han dificultado la creación de puestos de trabajo", añade.

Pese a ello, y aun cuando el diagnóstico académico está, la CUT y la CPC logran acuerdos, y el espacio público existe, el gobierno se resiste a abrir el debate, argumentando lo polémico que resulta el tema. Distinto al tema tributario, donde sí tuvo la disposición de avanzar en el posicionameinto publico, aun cuando también hay posiciones encontradas y ni en sus propias filas existe acuerdo.
La ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, ha argumentado que el punto radica en la imposibilidad de
lograr consensos -incluso en las filas oficialistas- y en la inviabilidad política que eso significa.
Pero en el mundo academico discrepan de esta vision y creen que es justamente un plan de cambios segmentados lo que dificulta el consenso para un cambio global. Hay bastante acuerdo sobre la necesidad urgente de reformas laborales, pero con una estrategia de reformas minimas y esteticas es improbable llegar a un acuerdo. Si el gobierno tiene interés de buscar el espacio político y legislativo para regular en temas como el uso de multi RUT o como lo hizo con la creación del posnatal parental, debiera abrirse a un debate de más largo vuelo y atreverse con reformas significativas en materia de indemnizaciones, negociación colectiva y sindicalización.

Por lo tanto, es necesario que nuevamente este Gobierno se ponga los pantalones y GOBIERNE, abriendo el debate en un tema esencial para los proximos años, algo en que hemos estado estancados desde las reformas de Pinochet al Codigo del Trabajo, dandonos espacio para la modernizacion del mercado laboral.